Bodega Araujo: vinos con propósito

Es una de las seis bodegas en la Argentina certificadas como Empresa B, enfocándose en la producción orgánica y el triple impacto

Las Empresas B trabajan para ser agentes de cambio, generando impacto positivo en las personas y el planeta. Así lo entiende la Bodega Araujo, con viñedos en San Rafael, Mendoza desde 2001, y que fue experimentando una transformación significativa desde 2017, enfocándose en modelos de sustentabilidad.

Bodega Araujo pertenece al grupo La Reserva S.A. que se dedica a la cría de ganado y a la producción agrícola de ciruelas orgánicas y vid. Su misión es cuidar la salud de la gente y la tierra mediante la producción orgánica de alimentos y bebidas, de manera respetuosa con el ambiente. “Todos nuestros vinos son orgánicos y veganos, tenemos certificaciones que lo avalan”, expresó Sol Ivancich, responsable de Marketing y Comunicación.

Si bien la bodega se encuentra en San Rafael, sus raíces son rosarinas: “Nuestra familia, originaria de la ciudad de Rosario viajó a Mendoza en búsqueda de nuevos horizontes y con la intención de recuperar el hilo de la historia familiar enhebrado por el abuelo de Carlos Araujo, fundador de la Bodega y oriundo de Costa de Araujo en Mendoza”.

Todos nuestros vinos cuentan una historia. Están hechos en homenaje a personas que fueron importantes para la bodega. Nucha fue la dueña de los viñedos, cuidaba mucho las tierras y por eso el primer vino fue en su nombre por todo lo que representaba. Mimi es homenaje a la hermana de Carlos, Graciano está inspirado en su abuelo”, contó Ivancich.

Brindar por las diferencias

Laurita es un vino rosado malbec orgánico homenaje a Laura Inés Araujo, prima de Carlos y parte del equipo de trabajo de la bodega. “Es un vino que invita a brindar por nuestras diferencias, porque ellas enriquecen nuestra existencia y nos permiten crear conexiones auténticas”.

Su etiqueta, diseñada por ella misma, refleja su corazón. Inspirada por un cuadro que ella misma pintó, creó una etiqueta que captura su esencia. “Es un vino con propósito porque parte de lo recaudado va a ir a dos fundaciones elegidas por ella: Fundación Un Mundo Posible, Santa Mónica Hockey Inclusivo y equipo de futsal femenino”, explicó la responsable de Marketing.

Cuidar los recursos

A través de prácticas sostenibles, apoyo a la comunidad, promoción de la diversidad y la inclusión, reducción de residuos y emisiones, Bodega Araujo busca minimizar los impactos negativos y maximizar los efectos positivos.

Para eso, conformaron un Comité de Sustentabilidad compuesto por miembros claves de la organización, para identificar las necesidades y expectativas del contexto, así como definir objetivos y planes de acción.

El agua es su bien más preciado. En las fincas el agua nutre y determina la calidad de la producción agropecuaria y es sumamente escasa en la zona, por eso invirtieron en riego presurizado por goteo para cuidar el recurso. Este sistema genera un 90% más de eficiencia en el aprovechamiento del agua, contra el 50% del riego convencional.

La reserva tenía un gran consumo de energía por el combustible, cuyo principal destino era dar potencia a las bombas hidráulicas utilizadas en los sistemas de riego por goteo y protección contra heladas en la producción de ciruelas. “Gracias a la inversión del tendido eléctrico logramos reducir el consumo global”, expresó la responsable de Marketing.

Además, realizan la medición de huella de carbono de las actividades considerando las fuentes directas e indirectas de emisiones de GEI de la organización: desde la producción y transporte de los insumos necesarios para la producción, los trabajos en campo para la producción de nuestras uvas y ciruelas, los procesos energéticos de la organización, hasta la distribución de los vinos en Argentina y el exterior.

“El 100 % de los residuos orgánicos de la finca se compostan, regeneramos y protegemos el suelo. En Rosario y Mendoza todos nuestros residuos los reciclamos, los de la oficina y los del barrio”, contó Ivancich.

Comunidad

“Somos padrinos del merendero de Pirula, Manos Unidas, en Mendoza. Es la cocinera del viñedo en Villa Atuel. Produce mermeladas caseras y se las vendemos”, detalló Ivancich.

Además, con el objetivo de hacer un aporte comunitario, colaboran con otras instituciones sociales, desde venta de vinos, donación de palets, etc. ”En todo lo que podamos ayudar a la comunidad lo hacemos”, expresó la responsable de Marketing.

Los trabajadores son muy importantes para la empresa y por eso cuentan con un plan estímulo que brinda apoyo y recursos para que todos los colaboradores que lo deseen, puedan completar sus estudios y profesionalizar su área de desempeño.

Como empresa de triple impacto desean contribuir en su ámbito de influencia local, con proveedores, pequeños productores y cooperativas que promuevan las buenas prácticas sociales de inclusión, diversidad e igualdad de oportunidades en su staff, y en sus propias cadenas de valor, y que también desarrollen acciones que preserven los recursos naturales y cuiden el ambiente.

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