“Queremos darle un aporte a la sustentabilidad del campo”, expresó Iván Regali, cofundador y director de RRHH de DeepAgro, la startup santafesina que está dando que hablar por su reciente participación en la Consumer Electronics Show (CES), la feria más importante de tecnología a nivel global que se realiza en Estados Unidos.
La motivación para crear la empresa en 2018 fue su visión global: “Una de las preocupaciones es pensar cómo vamos a producir alimentos para una población mundial en crecimiento, con menos tierras cultivables y cambio climático. No podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera”, resaltó Regali.
El sistema SprAI de DeepAgro: aplicación selectiva
DeepAgro nació para mejorar la aplicación de herbicidas, el producto químico que combate malezas: “La forma que tiene el productor para eliminarlas es aplicarlo en todo el lote independientemente si hay o no presencia de malezas. Hay estudios de Aapresid que estiman que en promedio solo un 30 % del lote contiene malezas. Hay un 70 % que se está tirando en un lugar donde no va, se está desperdiciando, se está contaminando y es un producto que es lo más costoso que tiene la campaña. El herbicida representa alrededor del 40 % de los costos del productor”, detalló el cofundador.
Hoy en día los herbicidas que más se comercializan son genéricos, ya que al no poder diferenciar los cientos de especies distintas de malezas que hay, eligen combatirlas todas con el mismo producto: “A medida que pasan los años las malezas se vuelven resistentes a ese producto entonces las compañías tienen que desarrollar productos que son cada vez más costosos, más concentrados y más contaminantes. Es un círculo que se retroalimenta”, agregó.
DeepAgro se propone resolver esa problemática a través de inteligencia artificial: “Lo primero que hicimos a nivel laboratorio en base a mucha información, fue crear y entrenar algoritmos para diferenciar la maleza del cultivo. El mayor desafío fue llevarlo al campo con un producto tangible. Logramos concretarlo en este sistema SprAI, que a través de cámaras y picos que se abren y cierran aplican selectivamente el producto en tiempo y forma sobre las malezas”.
Mucho más que el SprAI
El impacto ambiental de las aplicaciones de herbicidas se mide en base a distintas variables: la máquina, la velocidad a la que va, el producto que se utiliza, el lugar geográfico donde se aplica, el viento, las derivas: “Esas variables se computan y te da un coeficiente del impacto ambiental. Los números que estamos recibiendo de los clientes es que del impacto que tenían en una aplicación tradicional lo están reduciendo un 45 %”.
DeepAgro tiene una visión global: “Más allá de las buenas prácticas agrícolas se trata de optimizar recursos. Hay que ser más eficientes. No queremos quedarnos en resolver un problema en el país o la región solamente. Nos interesa el impacto que tiene el agro en el suelo, en las napas, en el agua”, expresó Regali.
Dentro de los mayores impactos que tiene DeepAgro está el ahorro económico, por el insumo pero también hay un gran ahorro en el uso del agua: “Las aplicaciones de herbicidas o de otros productos en el campo llevan un consumo muy grande de agua, porque se diluyen en tanques de 3 o 4 mil litros, que tienen las máquinas pulverizadoras. Poder reducir un 70 % el consumo de agua es muy significativo, sobre todo en el norte que sabemos que hay problemas de consumo de agua doméstico”, expresó Regali.
También disminuye significativamente la cantidad de plástico que se utiliza: “Hoy en día los bidones de herbicidas, primero tienen un proceso bastante estricto que se tienen que lavar varias veces, se tienen que agujerear para asegurarse que no van a volver a usarse nunca más y así y todo tienen el problema que no saben dónde tirarlos porque siguen teniendo restos y son contaminantes. Poder reducir el uso de herbicidas resulta en una gran menor cantidad de envases”.
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