La Cumbre, empresa nacida en el corazón de la ciudad de Rosario y con 43 años de trayectoria, se suma a Moverse motivada por la riqueza del entorno colaborativo, el aprendizaje conjunto y el propósito común de generar un impacto positivo. Ve en este espacio una oportunidad para crecer, compartir experiencias y profundizar su compromiso con la sostenibilidad.
Este negocio familiar, encomendado a la elaboración de galletitas y pan dulces, con el paso de los años, no solo logró consolidarse como uno de los pilares de la panificación en la región, sino que también dio un salto hacia la modernización. La Familia Alabarce, decidió dar un salto sustancial para la compañía: el paso de la panificación artesanal a la industrial. Su misión ya no era sólo abastecer el mercado interno, sino comenzar a exportar. Para los años ´90 ya contaban con tecnología italiana de punta para elaboración de budines a gran escala. Así fue como se convirtieron en la primera empresa exportadora, en su industria, de la Provincia de Santa Fe.
Para los años 2000, la crisis circundaba y la segunda generación no dudó en sumarse para robustecer la compañía que sus padres habían iniciado. En ese momento, con más de 30 colaboradores en la empresa, decidieron tomar todas las medidas necesarias para conservar las fuentes de trabajo. Fué así que para afrontar esta situación y salir de ella fortalecidos, decidieron hacerlo de manera disruptiva, pensar diferente y en vez de ajustar sus operaciones redoblaron la apuesta. Fué así que comenzaron a hacer productos de valor nutricional diferenciados, con agregados de vitaminas, y fortificados, entre otros. Esto los hace particularmente atractivos para instituciones como escuelas, marcando un hito en la industria.
En el año 2009 inauguraron una fábrica exclusivamente dedicada a la producción de esta línea de productos en Santiago del Estero. Ésta, dió paso a la apertura de otra en el año 2015 en la Provincia de Corrientes especializada en productos sin TACC (trigo, avena, cebada y centeno) y ese mismo año, la Familia Alabarce da un paso más en su proceso de desarrollo industrial e inauguró otra Planta en la localidad de Alvear, siendo la primer Planta elaboradora de budines certificada bajo normas de Calidad en el país. Todas sus plantas cuentan hoy con la certificación FSSC 22000 [Food Safety System Certification (Certificación del Sistema de Seguridad Alimentaria).
Si bien comenzaron con prácticas operacionales sostenibles, desde el año 2023 el directorio decidió dar el salto de calidad y comenzaron a delinear un plan de trabajo en el cual lograron alinear su modelo de negocio y una nueva y adecuada estrategia de sostenibilidad.
Este enfoque incluyó una nueva estrategia de sostenibilidad que abarca tres pilares fundamentales:
1. Producción sustentable: Desde el abastecimiento responsable de materias primas hasta la optimización de procesos industriales.
2. Seguridad alimentaria e inclusión social: Generar productos saludables y accesibles, sin dejar de lado a las comunidades más vulnerables.
3. Bienestar laboral y gestión de impacto: Fomentar un entorno de trabajo inclusivo, colaborativo y solidario
Uno de los aspectos clave de esta estrategia ha sido la medición y gestión de la huella de carbono, identificando que los principales emisores eran el gas y la electricidad. En respuesta, la empresa implementó un plan de eficiencia energética, que incluyó un programa preventivo de mantenimiento y la migración hacia una matriz energética renovable. La instalación de un parking solar y paneles solares en la planta sita en el Parque industrial de Alvear. Con dichas instalaciones en pleno funcionamiento cubrirán el 50% del consumo de la empresa sita en la ciudad.
La compañía también ha dado un paso importante en su compromiso con la comunidad. Ha lanzado “Ricos Momentos” su nuevo Programa de Impacto social, pensado para llevar adelante acciones solidarias con un mismo propósito: Transformar realidades y generar un impacto social positivo en nuestra Comunidad. En ese marco, desarrollan diversas iniciativas de donación y colaboración social, tales como el apoyo a organizaciones entre las cuales se encuentran: Fahop, Bar, No Me Olvides, Rosario Solidaria y la Fundación del Padre Ignacio. Además, se llevaron adelante Talleres de Empleabilidad que ayudan a personas de más de 35 años a reinsertarse en el mundo laboral. A la vez, han adoptado el rol de padrinos de la escuela Abanderado Grandoli 527, de la cual los dueños de la compañía son orgullosos ex-alumnos. Asimismo, apoyan proyectos educativos como el Programa RAÍZ, en conjunto con la Provincia de Santa Fe, iniciativa educativa que involucra a niños en edad escolar en actividades de interacción dentro de la planta, fomentando su alfabetización.
En cuanto al bienestar laboral, la empresa ha promovido actividades de capacitación en educación financiera para sus empleados, la cual es dictada por una propia colaboradora de la empresa, y fomenta la participación en acciones de voluntariado, lo que contribuye al fortalecimiento de los lazos dentro y fuera de la organización.
Es por medio de dichas actividades que la compañía contagia los valores principales a todo su equipo: compromiso, responsabilidad y empatía.
Con una estrategia de comunicación renovada, la empresa espera seguir creciendo, no solo en términos de volumen de producción, sino también en cuanto a su impacto social y ambiental. En un mundo con consumidores cada vez más conscientes, esta empresa ha decidido liderar el cambio con acción y compromiso.
Hoy, con más de 200 empleados a lo largo del país, esta empresa ha logrado no sólo posicionarse como un líder en la industria alimentaria, sino también como un referente en la transformación de una empresa tradicional a una de triple impacto. Con su mirada puesta en el futuro y en el presente, continúa trabajando para transformar el modo en que producen alimentos y cómo interactúan con el entorno, demostrando que el crecimiento, la sustentabilidad y la tradición familiar, son los ingredientes fundamentales para el éxito.
Por Julieta Fassi. Consultora Beefficient ®
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